La gestión de pagos, el envío a tiempo, la subida de precios de los embalajes, la dificultad para arreglar una máquina que se estropea ante la enorme demanda de expertos por parte de los numerosos comercios electrónicos existentes… Su inicio e implementación pueden parecer sencillos, pero el día a día se suele acabar convirtiendo en un suplicio continuo de problemas interrelacionados.