Mi propia experiencia me ha enseñado que no es fácil gestionar un equipo humano en el interior de una empresa, en mi caso llevo más de veinte años aprendiendo cada día a través del esfuerzo profesional y el método casi infalible de la prueba y el error.
Aprender de los errores
Efectivamente, todos cometemos todos los días un número variable de errores, pero lo único importante es ser capaz de aprender de ellos, deducir consecuencias prácticas y extraer enseñanzas para su subsanación, con el firme propósito de hacer las cosas mucho mejor la próxima vez, sin perder nunca de vista cuáles son los objetivos que se persiguen, y que se pueden resumir en calidad y servicio.
Por mi parte, reconozco que soy optimista por naturaleza, una ventaja de carácter que me viene dada de fábrica, y la otra habilidad es mi capacidad de observación, una manera de entender la vida que me ha hecho fijarme con mucha atención en lo que hacían mis maestros, aquellos que podían inspirar mi comportamiento. Asimismo, también ha sido de gran ayuda pasar por todas escalas de este oficio, desde mensajero a comercial, hasta llegar a la dirección.
La trayectoria de una empresa se parece mucho a la biografía de cualquier persona, está llena de momentos altos y bajos, subidas y bajadas como en las montañas rusas, y es particularmente en los momentos complicados cuando entiendes que no puedes hacerles frente en solitario, por muy listo e independiente que te consideres.
Un nuevo modelo de negocio
La pandemia de la Covid-19 ha puesto a prueba la solidez de todas las empresas y la nuestra no ha sido una excepción, por fortuna sé que puedo confiar plenamente en el equipo de personas que trabajan a mis órdenes, este espíritu de cohesión grupal tan gratificante me ayudó a mantener la esperanza en la superación de la crisis.
Sin duda, las complicadas circunstancias que hemos vivido en estos dos últimos años nos han obligado a replantearnos por completo nuestra manera de trabajar, debido al crecimiento exponencial del comercio electrónico y el número de envíos, lo que nos ha obligado a incrementar el número de efectivos de nuestra plantilla.
El equipo de AWIPIK se ha comportado tal como esperaba, con lealtad y solidez, he podido comprobar que todos y cada uno de ellos se entregaban al máximo, que todos han trabajado durante la crisis desde la sensatez y el compromiso absoluto con los valores de nuestra firma, con la vista puesta en alcanzar un mismo objetivo común: la excelencia.

Renovar los métodos de trabajo
Los buenos resultados durante la crisis hicieron que me planteara la organización de una actividad especial que sirviera para reconocer y premiar su fidelidad, un evento en el cual se reconociera su contribución a la solidez de la empresa.
Finalmente lo celebramos en un paraje natural, pues nos pareció conveniente salir del ambiente habitual de trabajo, para disfrutar del hermoso paisaje y de la buena comida, aprovechando asimismo el encuentro para llevar a cabo actividades de formación orientadas desarrollar aptitudes y habilidades profesionales útiles para el día a día.
Todos los trabajadores de una empresa tienen responsabilidades, deben tomar decisiones y liderar a su vez a otras personas. Por este motivo decidimos profundizar en las técnicas de liderazgo y sus matices, realizando una dinámica práctica que consiste en experimentar alternativamente el rol de líder y el de subordinado.
Otra dinámica muy interesante consistió en explorar el proceso de colaboración y la interdependencia entre diversas personas, poniendo el foco sobre el trabajo en equipo, la complementariedad y la responsabilidad colectiva.
La Innovación y el Desarrollo son las claves del futuro de cualquier firma de hoy en día y ambas características están en el ADN de AWIPIK. Creo sinceramente que toda empresa debe tener un impulso constante de cambio y mejora, y saber que cuento con mi equipo para llevarlo a cabo me da confianza en que vamos a seguir en la senda del éxito y la excelencia.
La crisis como aceleradora de la transformación
AWIPIK surge como un proyecto de transformación en tiempos de crisis y la celebración de actividades destinadas a cohesionar el grupo humano se han mostrado como acciones necesarias para seguir creciendo, para seguir teniendo unos pilares sólidos.
Hemos puesto en marcha proceso imparable de innovación en materia de gestión logística, tenemos muy claros los objetivos y las diferentes acciones que vamos a emprender para para lograrlo. Toda larga marcha comienza con un primer paso.
Vicente Genís